Comentamos los significados del hito fundacional del Movimiento Humanista Universalista y el comienzo del esparcimiento de El Mensaje de Silo por las distintas latitudes desde 1969.
Una arenga es un discurso pronunciado para enardecer los ánimos de los oyentes. Como los que dan los guerreros antes de salir a la batalla, los entrenadores antes del partido decisivo o los líderes en situaciones críticas. Aquí lo da Silo como un humano a otro humano.
El contexto es tenso, esta arenga se da públicamente en plena dictadura militar en Argentina, promovida por Estados Unidos durante la Guerra Fría. El general Juan Carlos Onganía se había establecido en el poder tras el golpe militar en 1966, había prohibido los partidos políticos y establecido un régimen autoritario. En esos mismos años, entre 1969 y 1972 se dan las llamadas puebladas o insurrecciones en el interior argentino. En este ambiente, en el que la violencia se justificaba desde las elites de derecha política-militares y desde los movimientos de izquierdas envueltos en calor de las guerrillas insurgentes, Silo plantea un mensaje de paz y no-violencia.
Dentro del proceso del Movimiento Humanista, que recoge este mensaje y lo difunde por los distintos continentes, el día de la arenga La Curación del Sufrimiento, el 4 de mayo, supone su primera apertura pública. Hasta entonces, se había configurado como grupos de estudiantes de distintas ramas de las ciencias sociales que se organizaban en torno a la figura de Mario Rodríguez Cobos, alias Silo. ¿Qué pretendían aquellos estudiantes? Buscaban la Revolución total. La liberación de todo aquello que oprime al ser humano. Desde las instituciones socio-políticas hegemónicas y sistemas económicos opresivos, hasta la liberación de los temores y las cadenas del sufrimiento humano.
Por eso, el Movimiento Humanista no es un movimiento social, pero tampoco una religión. Esta indefinición le ha costado ser poco comprendido para las cabezas racionales que necesitan de etiquetas claras. Y esta incomprensión le ha acarreado la constante sospecha de secta, el rechazo de buena parte de los movimientos de izquierda y la oposición de los sectores conservadores. Pero, ¿qué ideas tan extrañas plantea?
Analicemos aquí, alguna de las ideas principales que Silo transmitió a través de su sermón en la montaña:
1. Presentación de Silo.
En la primera parte del discurso, Silo se presenta como un hombre desconocedor y carente de sabiduría. Proclama que «la sabiduría está en el fondo de tu conciencia, como el amor verdadero está en el fondo de tu corazón» y más adelante menciona que «se dirige a tu conciencia como lo hacen aquellos que meditan en la altura de las cumbres nevadas«. Con esto, está indicando que es a través de la meditación personal como cada una de nosotras puede alcanzar sus propias respuestas. Está fomentando la búsqueda interior como fuente de sabiduría. Se aleja así de presentarse como «mesías», ya que no es ni un salvador ni un mensajero de dios con verdades absolutas divinas o dogmas.
Desde mi interpretación personal, Silo se está presentando como un maestro ya que con «aquellos que meditan en la altura de las cumbres nevadas» puede estar refiriéndose a la tradición budista. Los budistas consideran que las enseñanzas deben ser comprobadas por una misma para luego interiorizarlas, y estiman también que la figura de «lama» (maestro o guía) es crucial para los logros espirituales.
2. La distinción de sufrimiento mental y dolor físico.
Continua su relato afirmando que el sufrimiento es una constante en las personas, sea su condición social que sea. Muerte, odio, venganza, tristeza… puede reducirse en la palabra: sufrimiento. Un concepto que lo distingue de dolor.
El dolor tendría su origen en el cuerpo, como puede ser el hambre o la enfermedad, y su resolución depende del avance de la ciencia y de la justicia social. En cambio el sufrimiento es mental, aunque esté relacionado con las condiciones del cuerpo, depende de la mente y retrocede frente a la fe, la alegría de vivir o al amor. La ciencia no puede resolver el sufrimiento que sientes. ¿Entonces cómo te liberas de él?
3. La relación entre violencia y sufrimiento.
La conciencia humana se mueve en los tres tiempos (pasado, presente y futuro) y te hace sentir temor, también, por esas tres vías (memoria, sensación e imaginación) impregnando toda tu mente de sufrimiento. Por eso, Silo dice: «Sufres porque temes perder lo que tienes, o por lo que ya has perdido, o por lo que desesperas de alcanzar. Sufres porque no tienes o porque sientes temor en general». Y ese temor se puede expresar como miedo a la enfermedad, a la pobreza, a la muerte o a la soledad. Pero apunta, que esos temores o sufrimientos son propios de nuestra mente. Para actuar en consecuencia deseamos cosas que consideramos o creemos que nos alejan de esos temores. Este «desear» produce violencia interna.
[Para que se entienda mejor, un pequeño ejemplo: Un temor que puede ser habitual es el de la soledad. Para resolverlo puede ser que un individuo cree una creencia mental (sin saberlo) de que con pareja dejaría de sentirse solo o sola. Parece lógico, dado que si hay una persona al lado el sentimiento de soledad se desvanecería. Movido por este deseo de tener pareja, sin darse cuenta, ese individuo puede forzar con sus acciones una relación de control con otras persona o puede forzarse a sí mismo a estar con alguien que en realidad no le convenga. Ese «forzar» es violencia y produce mucho sufrimiento].
3.1. La historia del viajero y el caballo de la necesidad.
Para explicar esa cadena deseo-violencia-sufrimiento, Silo utiliza una alegoría que bien merece profundizar en ella en otra entrada. Resumidamente relata una historia sobre un viajero cuyo caballo, llamado necesidad, se desploma exhausto en medio del camino. El viajero para aliviarle decide quitarle peso y se desprende del carro que llevaba. Ese carruaje es el carro del deseo cuyas dos ruedas unidas son: el placer y el sufrimiento. ¿Qué quiere decir esta metáfora? Quiere decir que llega un momento en el que para seguir avanzando una debe soltar sus deseos porque, aunque le reporten momentos de placer, le están encadenando al sufrimiento.
Si se va a la experiencia personal, esta tarea de «desprenderse» del deseo no resulta nada fácil, ya que supone enfrentarse a los temores más profundos y soltar creencias, ensueños, expectativas y hasta apegos emocionales. Es decir, significa despojarse de buena parte de lo que da identidad al yo.
Cuando una persona logra superar el deseo y montarse en el caballo de la necesidad quiere decir que esa persona se ha encontrado consigo misma, ha meditado internamente y ha decidido actuar motivada por lo esencial.
4. Los tipos de violencia en relación con otros.
Después de esta alegoría, Silo da un giro a su discurso en un sentido más social. Hace advertir que la violencia, surgida de los deseos, se expresa en la relación con otras personas de múltiples formas. No solamente se trata de violencia los hechos físicos o armados, sino también el robo, la discriminación, la persecución, la difamación, la exclusión, la imposición de una visión o un modo de vida… Son múltiples los tipos de violencia: física, psicológica, económica, racial, sexual o religiosa, pero es única la forma en la que se puede acabar con la violencia: a través de la fe interna y la meditación interna.
De nuevo, se llama a la búsqueda interior y a la meditación para superar, no solo la ignorancia, sino el sufrimiento y la violencia.
5. Las falsas puertas.
Para insistir en la importancia de esta idea de la meditación personal añade un último párrafo en su discurso final en el que advierte a sus oyentes de las «falsas puertas para salir de la violencia«. ¿A qué se refiere con falsas puertas? A los partidos políticos, movimientos o religiones que se proclaman como salvadores de la situación violenta actual sin verdaderamente acudir a la raíz. Igualmente, se refiere a las drogas como una falsa puerta porque tampoco permiten la comprensión y la superación de la violencia.
Resulta significativo esta mención porque sutilmente está alertando de las actitudes fundamentalistas y fanáticas que suelen acrecentarse en los momentos de crisis social, como del abuso de drogas legales o ilegales. Tendencias sociales que cincuenta años después se siguen corroborando.
6. Final de la arenga.
Para finalizar sus palabras, el maestro Silo llama a la coherencia personal y anima a llevar la paz en una misma y a las demás.
A continuación, hace una mención posiblemente a la religión cristiana como imagen del sufrimiento al decir «allá en la historia hay un hombre clavado en una cruz mostrando el rostro del sufrimiento«, para expresar que «es necesario seguir adelante en la historia y que es necesario aprender a reír y que es necesario aprender a amar«. Con estas últimas palabras se está considerando que la superación del sufrimiento se trata de un proceso. Un camino de aprendizaje hacia la alegría y el amor.
Aunque posiblemente se pueden sacar matices y otras interpretaciones a las palabras de Silo. Este análisis resulta suficiente para comprender las ideas básicas de su mensaje y el objetivo del Movimiento Humanista: la superación del sufrimiento en la humanidad. Un propósito que aunque pudiera parecer utópico, es una imagen inspiradora que ha motivado innumerables actividades, desde hace 53 años, organizadas por las personas que construyen el Movimiento Humanista y El Mensaje de Silo cada día. Desde encuestas en la calle, recogida de firmas, hojas de barrio, pegadas de carteles, difusión de folletos, canales de televisión, emisoras de radio, paginas web, teatros callejeros, concentraciones, encuentros vecinales, pintada de murales, conferencias y charlas, meditaciones en la calle, pedidos de bienestar, retiros de autoconocimiento, talleres de no-violencia, talleres del fuego, experiencias de fuerza, reuniones semanales de trabajo personal, acompañamiento y cuidados, cursos de relajación, creación de Parques de Estudio y Reflexión…
En definitiva, se celebra la arenga de La Curación del Sufrimiento no solo porque es el hito fundacional del Movimiento Humanista, sino porque se celebra la posibilidad de acabar con la violencia y de disfrutar la vida con alegría y amor.