Hacer una síntesis del año puede ayudarte a reflexionar sobre tu situación actual, darle sentido a tus vivencias e incluso a reconciliarte contigo misma.
Hacer una revisión de los meses pasados es un buen ejercicio para dar orientación a la propia vida. Puede ser que tras realizar una síntesis del año tus percepciones de como fue esta etapa cambie. Por ejemplo, quizás te resulte que al final de todo no ha sido un mal año. Puede que te sirva para apreciar que, a pesar de la aparente monotonía, en estos meses ha habido grandes progresos desapercibidos. O puede ser que te ayude a integrar experiencias de gran calado.
0. El interés.
Lo primero que una tiene que preguntarse es ¿Para qué quiero hacer esta síntesis? Para comprender e integrar experiencias, para aprender de mis errores, para reconciliarme, para agradecer, para consolidar decisiones… Es importante considerar el interés que te motiva porque va influir en la mirada con la que interpretarás tus vivencias y te guiará en el tono que llevará tu escrito.
1. ¿Cómo me siento? ¿Cómo me he sentido este año en general? ¿Qué adjetivos describirían este año? ¿Cuáles han sido mis preocupaciones?
Antes de comenzar a detallar los acontecimientos del año, te recomiendo hacer una breve descripción de tu sensación general. El clima o los climas predominantes que te han acompañado estos meses pasados.
Se entiende por «clima» a las sensaciones globales y, a veces irracionales, que una siente internamente. El estado de ánimo que generalmente a una le afecta a la hora de pensar y actuar. Un ejemplo de clima puede ser el de soledad. Aunque una esté rodeada de personas puede sentirse sola (y creer que lo está). Otro ejemplo, es el clima de incertidumbre y confusión respecto al futuro. Etc.
2. ¿Qué cosas me han pasado y cómo me he sentido o me siento al respecto? ¿Cuáles han sido los acontecimientos más significativos? ¿Cómo ha sido el contexto social y personal que me ha rodeado?
Aquí se trata de hacer una pequeña descripción sobre los hechos y las experiencias que has vivido en este periodo. Reflexiona sobre aquellos que son reconocidos como más importantes. Recuerda que formas parte de una sociedad más global en la que estás inserta y en constante interrelación. Seguro que algunos acontecimientos mayores han afectado a tus proyectos o vivencias personales.
La forma en realizar este ejercicio es libre y personal. Por ejemplo, se puede hacer una lista de epígrafes con los acontecimientos más importantes más un comentario, o bien, se puede hacer más exhaustivamente repasando las vivencias mes por mes.
¡Consejo! Si te resulta difícil acordarte puedes apoyarte de tu agenda personal o de las fotografías tomadas por el móvil.
3. Preguntas guía para considerar tu crecimiento interno:
- ¿Qué he aprendido este año?
- ¿Qué avances he tenido?
- ¿Cuáles han sido los momentos de reconciliación?
- ¿Qué acciones he realizado desinteresadamente por otras personas?
- ¿Qué cosas he compartido?
- ¿Qué amistades nuevas he construido y/o qué rencuentros con viejos amigos?
- ¿Qué agradezco de este año?
A menudo una piensa mucho las cosas negativas y los errores se vuelven “pesados” mientras que las cosas positivas y los buenos sentimientos son registrados como livianos. Por eso mismo, parece que éstas desaparecieran más rápido. En la síntesis del año se incluyen estas preguntas para dar más “densidad” y compensar la balanza a las vivencias significativas, ganando así en coherencia y unidad interna. También, sirve para revisar la dirección de la vida de una y para agradecer los regalos que ella ofrece.
4. ¿Cómo se presenta el próximo año?
Esta cuestión es reveladora no sólo para el posterior trabajo sobre los propósitos futuros sino, además, porque la mirada que una tiene el futuro también afecta la forma en la que una considera su presente. Por ejemplo, no es lo mismo revisar qué he aprendizajes he tenido respecto a mi trabajo desde la situación de que voy a jubilarme pronto a la situación de estar empezando mi carrera profesional.