En estos momentos tan complicados socialmente, es importante sentirse fuerte. Este testimonio personal va sobre la necesidad de aprender a ser fuerte internamente, con humildad y sin resentimiento.
«Aprender a ser fuerte». Esa es mi frase fuerza, mi escudo frente a los climas, la tristeza y la desesperanza. Es mi clamor a la vida, un pedido de fuerza interna. Real necesidad y próximo propósito en esta etapa.
Aprender a ser fuerte para superar las dificultades, los accidentes, los inconvenientes y, por supuesto, los temores que sobrevuelan en el horizonte. Y digo «aprender» porque es un proceso, un aprendizaje, un camino que permite el fallo y el error inevitables. No es deber, ni exigencia, ni imposición hacia mi ser. Es una necesidad más profunda, es un estado de coherencia, una alineación con el Plan Mayor. Es un acercamiento en vida, verdadero crecimiento personal.
Aprendo a ser fuerte. Aprendo a ser fuerte me digo con firmeza, pero no dureza. Son adjetivos diferentes. Ser fuerte no significa ser dura, estricta o exigente, y mucho menos indiferente. Ser fuerte desde la sensibilidad es aceptar la debilidad, abrazar tiernamente.
Me propongo ser fuerte porque me importas, porque es importante que viva, porque es importante que viva para ti. Por coherencia y porque me importas… Aprendo a ser fuerte.
Clara Gómez-Plácito.
Relato leído disponible en YouTube.
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